jueves, 13 de marzo de 2008

Salvador Puig Antich (II)

En este punto de su vida inicia la militancia en el Movimiento Ibérico de Liberación. El MIL estuvo activo durante principios de la década de 1970. Ideológicamente no aceptaba la actividad sindical o política sino mas bien una síntesis de ambas, asumía tendencias del consejismo y el situacionismo como alternativas al marxismo imperante en la mayoría de asociaciones políticas de izquierdas. Lo conformaban un reducido grupo de activistas jóvenes como Oriol Solé Sugranyes, con el cual el propio Salvador dijo que perdió el miedo, Santiago Soler Amigó o el propio Puig; además de multitud de amigos y familiares. El MIL contó desde sus inicios con el apoyo de muchos grupos del sur de Francia que le proporcionaron armas y propaganda, uno de estos anarco-franceses, Jean Marc Rouillan, será en próximos post protagonista.

Salvador decidió finalmente cruzar la frontera y vivir en la clandestinidad. El Mil inició sus actividades en febrero de 1971, estructurándose dentro de los Grupos Autónomos de Combate. Se dedicaban principalmente a robar bancos para financiar la lucha obrera. Sin embargo los sindicatos no querían el dinero que estos grupos ofrecían por miedo a las represarias franquistas así que el MIL decidió utilizarlo para editar publicaciones clandestinas creándose las ediciones del mayo del 37, ayudando a los comités de huelga y a los obreros represaliados.

En agosto de 1973 por diferencias ideológicas dentro del grupo deciden autodisolverse. Pero no pueden abandonar la lucha armada, decidieron vivir en el exilio y no podían ahora echarse atrás. Apenas un mes después, por culpa de un descuido del propio Salvador que olvido una bolsa con toda su documentación en un bar, que sirvió de punto de partida a la policía; casi todos los miembros fueron detenidos. Primero cayeron
Oriol Solé Sugranyes y José Luis Pons Llobet, y, a continuación, Santi Soler, que es detenido, interrogado y torturado y acaba confesando los lugares de encuentro clandestino de sus compañeros. El mismo Santi Soler será utilizado de trampa por la policía de paisano para detener a Javier Garriga; no se esperaba la presencia de Puig Antich. La operación, minuciosamente preparada, se efectuó el 25 de septiembre de 1973, en Barcelona. Los dos anarquistas son detenidos y, acto seguido, en el portal del número 70 de la calle Gerona, tiene lugar un tiroteo a consecuencia del cual Puig Antich queda malherido y el subinspector de la Brigada Político Social Francisco Anguas Barragán, de 23 años, resulta muerto. Salvador fue llevado a la cárcel modelo de Barcelona donde es puesto en aislamiento.

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