jueves, 13 de marzo de 2008

Good bye, Lenin!

Good bye, Lenin!, es una película alemana de 2003, dirigida por Wolfgang Becker y protagonizada por Daniel Brühl y Katrin Saß. En 1989 la madre de Alexander Kerner una orgullosa miembro del partido comunista de la República Democrática Alemana entra en coma poco antes de la caída del muro de Berlín y la Unión Soviética. Alex, que albergaba pocas esperanzas de que su madre se recuperase, contempla las transición de su país a la sociedad capitalista. Pero cuando parece que su madre permanecería en coma toda su vida un día despierta milagrosamente. A Alex se le plantea un gran dilema: su madre esta convaleciente del corazón y decirle que su país ha abandonado el comunismo y abrazado el capitalismo la podría llevar a la muerte. Por eso junto a su hermana, su marido (el de ella no el de él) y un amigo recrean en su casa un mundo comunista, una isla anclada en el socialismo como si el tiempo no hubiera pasado y todo continuara como antes del 9 de noviembre de 1989.
La película es una excusa para registrar los cambios producidos en la sociedad alemana oriental tras la caída del muro entre 1989y 1990.La llegada de la Coca-cola, las antenas parabólicas, la instauración de marco alemán (occidental) en todo el territorio, el cese fulminante al que fueron sometidos la mayoría de los funcionarios estatales, retirada de los monumentos públicos referentes al comunismo etc.
Poco a poco según avanza el film contemplamos la transformación que sufren absolutamente todos los sectores de la sociedad alemana. Alex intenta a través de una serie de telediarios hacer creer a su madre que todo sigue igual. Podemos considerar que llega a ser un revisión del socialismo mas dogmático ya que Alex adapta ciertos cambios, como la llegada de inmigrantes de la frontera occidental , a que el régimen esta experimentando un cierto aperturismo. En los telediarios cada vez que el capitalismo da un paso en la Alemania oriental Alex lo interpreta como que el comunismo se moderniza o que el ultraconsumismo globalizador del mundo occidental necesita del socialismo para equilibrarse. Realmente lo que intentaba con todos los montajes que realiza a lo largo de la película es convertir el régimen comunista en una socialdemocrácia.
Muy crítica tanto con el comunismo como con el capitalismo agresivo el director pone en boca de Alex que desearía que su país hubiera conocido una izquierda abierta al mundo, mas solidaria, en vez de estar totalmente replegada en si misma, que hubiera podido adaptarse mejor a esta nueva era.

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