sábado, 10 de mayo de 2008

Dios y el dilema de la película "Contact"

“Contact” es una película de ciencia ficción dirigida por Robert Zemeckis basada en la novela homónima de Carl Sagan. Su protagonista, Ellie Arroway, es una brillante científica que trabaja en el proyecto SETI. Durante uno de sus rastreos por el universo detecta una señal extraterrestre que resultan ser los planos para la construcción de una maquina. Dicha maquina es un vehículo para viajar a otros mundos. Todas las naciones del mundo participan en su construcción y entre ellas decidirán quien será su piloto. He aquí donde se plantea el dilema. Aparte de las aptitudes intelectuales otro factor se tiene en cuenta para la selección del representante: si es creyente o no.

En un mundo donde el 90% de la población cree en algún tipo de deidad ¿deberíamos enviar a alguien creyente o no creyente como nuestro representante? La ciencia siempre a estado enfrentada a las religiones al basar el mundo, su formación y destino en un ente abstracto divino llamado Dios. Sin embargo poco a poco el pensamiento racional ha ido desbancando las primigenias explicaciones de la realidad que las religiones dieron. Además ha sido ella quién ha hecho posible los viajes espaciales y la exploración espacial además de otros innumerables logros.

Sin embargo bien es cierto que en ese primer contacto debería estar presente alguien que nos pudiera representar del mejor modo posible a la mayoría de la población mundial, y la como he dicho buena parte de ella es creyente.

Esto trae consigo otro dilema, si se duda si enviar a alguien que crea en Dios o no, en conjunto el mundo esta dudando de la existencia de Dios puesto que si de verdad estuviéramos convencidos de su existencia hubieran enviado a un creyente.

Que podemos sacar de esta inútil reflexión, pues que la respuesta de que si Dios existe seguirá sin responderse, que el mundo en el fondo es un poco escéptico y que nadie cree al 100% en la existencia de ese ser llamado Dios.

Por cierto en la película un integrista religioso vuela la nave con el piloto creyente (irónico ¿no creen?) y la candidata atea logra con relativo éxito culminar el viaje.

viernes, 9 de mayo de 2008

"...Y bajos los adoquines no había arena de playa"

De los incidentes del “Mayo francés” y todas sus consecuencias mucho se ha escrito, no se yo quien arroje nueva luz sobre los acontecimientos. Pero para mis contemporaneos, según el lenguaje orteguiano, el mayo es algo totalmente desconocido. Vamos a descubrírselo ahora que se cumplen cuarenta años del comienzo del moviemiento.

A pesar que desde el fin de la II Guerra Mundial la situación económica en Francia había mejorado notablemente, los sueldos de muchos trabajadores continuaban siendo ridículos, a los licenciados les resultaba muy difícil encontrar trabajo y las cargas policiales contra las protestas estudiantiles eran constantes.

El viernes 3 de mayo un gran número de estudiantes se reunió en la Sorbona, las detenciones solo sirvieron para caldear aún más los ánimos. El lunes 6 los ochos detenidos en la Soborna compadecieron ante el Comité de Disciplina de la Universidad. Cuando comenzaron las manifestaciones la policía atacó salvajemente y se formaron auténticas batallas campales por París.

A partir de entonces la revuelta estudiantil fue imparable, 30000 estudiantes marcharon a la Sorbona y el gobierno de De Gaulle respondió con suma dureza. El lunes 13 se produce una huelga general secundada por 9 millones de trabajadores, el país queda paralizado. Las huelgas, manifestaciones y detenciones continúan y el día 30 De Gaulle aparece en televisión informando que en 40 días se celebrarán elecciones.

A finales de junio todo ha terminado y De Gaulle sale reelegido y aun mas reforzado con el 60% de los votos.

En cuanto a las causas del fracaso del mayo se puede aludir a la falta de coordinación táctica e ideológica. El Partido Comunista Francés contaba con que su poder se vería incrementado en las elecciones y no quería que las revueltas continuasen. El mayo se diluyó tan rápido como había surgido.

Las consecuencias también fueron ambiguas. Los partidos comunistas europeos se alejaron de Moscú creándose el eurocomunismo. La palabra revolución renació y se consiguieron importantes mejoras salariales.

Para España supuso algo distinto. Los movimientos de oposición resurgieron con fuerza, se había tomado conciencia, recurriendo al ejemplo francés, de que se podía cambiar la sociedad. El mayo caló mucho en España, el régimen sufrió una escala de violencia sin precedentes que continuaría hasta el final de la vida de su líder. Sin el mayo quizás la lucha antifranquista de finales de los 60 y los 70 no hubiera sido tan intensa. Desde aquella primavera el régimen no conseguiría nunca más la adhesión total de una población que clamaba por el cambio.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Salvador Puig Antich (IV)

Tras la muerte de Carrero Blanco todo cambió, el régimen clamaba venganza y Salvador fue condenado a muerte, aunque solo por una de dos penas que se pedían. Ahora era cuestión de tiempo, el Consejo de Ministros se reunía los viernes y no tardarían en firmar el enterado. Tras ratificar la sentencia la familia de Salvador disponía de doce horas para tratar de evitar que se cumpliera. Por toda Europa se organizaron manifestaciones y el Papa llegó a llamar en persona a Franco para que conmutara la pena, pero Franco dio orden de que no se le despertara. Los intentos desesperados de la familia fueron en vano, Puig su última noche en la celda 443 de la cárcel Modelo de Barcelona acompañado de sus hermanas.

A las 9:00 de la mañana Salvador es llevado a un sótano donde a duras penas logrará mantener la compostura al comprobar que lo iban a ajusticiar con garrote vil. Los más jóvenes quizás no sepan que es esto del garrote. Se trata de una argollar que se coloca alrededor del reo y se introduce un tornillo por la nuca apretándolo hasta que el condenado muere asfixiado o se le rompe el cuello, una técnica sin duda inhumana que aun se practicaba en España en los setenta. El día 2 de marzo de 1974 moría Salvador Puig Antich, contaba solo con 25 años. A su entierro solo acudieron familiares y amigos cercanos pero al cementerio acudieron miles de personas, la policía actuó como de costumbre con golpes y detenciones, se oficiaron misas por toda Barcelona y la repulsa por su muerte fue enorme.

Sin embargo no debemos glorificarlo ni convertirlo en mártir, estoy seguro de que él no lo hubiera querido así. Tenemos que tener a Salvador como una de las muchas víctimas del régimen franquista, un ejemplo de lo que vivió la sociedad de la época. Tampoco pretendo levantar ampollas, el espíritu de la transición nos ha llevado a un país de libertades y derechos, pero tenemos que recordar que esto nos ha costado un precio enorme y de vez en cuando no esta mal recordar a aquellos que lucharon y murieron por la democracia hace mas de treinta años.