miércoles, 7 de mayo de 2008

Salvador Puig Antich (IV)

Tras la muerte de Carrero Blanco todo cambió, el régimen clamaba venganza y Salvador fue condenado a muerte, aunque solo por una de dos penas que se pedían. Ahora era cuestión de tiempo, el Consejo de Ministros se reunía los viernes y no tardarían en firmar el enterado. Tras ratificar la sentencia la familia de Salvador disponía de doce horas para tratar de evitar que se cumpliera. Por toda Europa se organizaron manifestaciones y el Papa llegó a llamar en persona a Franco para que conmutara la pena, pero Franco dio orden de que no se le despertara. Los intentos desesperados de la familia fueron en vano, Puig su última noche en la celda 443 de la cárcel Modelo de Barcelona acompañado de sus hermanas.

A las 9:00 de la mañana Salvador es llevado a un sótano donde a duras penas logrará mantener la compostura al comprobar que lo iban a ajusticiar con garrote vil. Los más jóvenes quizás no sepan que es esto del garrote. Se trata de una argollar que se coloca alrededor del reo y se introduce un tornillo por la nuca apretándolo hasta que el condenado muere asfixiado o se le rompe el cuello, una técnica sin duda inhumana que aun se practicaba en España en los setenta. El día 2 de marzo de 1974 moría Salvador Puig Antich, contaba solo con 25 años. A su entierro solo acudieron familiares y amigos cercanos pero al cementerio acudieron miles de personas, la policía actuó como de costumbre con golpes y detenciones, se oficiaron misas por toda Barcelona y la repulsa por su muerte fue enorme.

Sin embargo no debemos glorificarlo ni convertirlo en mártir, estoy seguro de que él no lo hubiera querido así. Tenemos que tener a Salvador como una de las muchas víctimas del régimen franquista, un ejemplo de lo que vivió la sociedad de la época. Tampoco pretendo levantar ampollas, el espíritu de la transición nos ha llevado a un país de libertades y derechos, pero tenemos que recordar que esto nos ha costado un precio enorme y de vez en cuando no esta mal recordar a aquellos que lucharon y murieron por la democracia hace mas de treinta años.

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