martes, 25 de octubre de 2011

Con Felipe y sin Zapatero


El domingo pasado asistí a un mitín del Partido Socialista en la localidad granadina de Atarfe, entre las estrellas invitadas se encontraban Pepe Griñán, el candidato a la Presidencia del Gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba y el ex-presidente Felipe González, creo sinceramente que buena parte de los asistentes, incluido yo mismo, acudíamos para ver a éste último. Primero hizo acto de presencia Griñán, no muy alabado que digamos, luego Rubalcaba ámpliamente secundado por un fuerte y largo aplauso pero el cénit del comienzo de este mitín ocurría cuando González se dejaba ver por primera vez. Todo el público asistente puesto en pie con vítores, aplausos y gritos, no es para menos, si tenemos que buscar un verdadero símbolo para los socialistas españoles no tenemos que mirar al fundador del PSOE, Pablo Iglesias, sino a Felipe González. He de reconocer que yo mismo me emocioné al verlo, en mi casa siempre ha encarnado el ideal del político perfecto, los escándalos que salpicaron el final de su mandato, el más largo de la democracia, no empañaban la visión que mis padres guardaron de él. Por ello al verlo algo se me pasó por la cabeza, "por fin", por fin podía asistir en persona a un mitín de este peso pesado de la Historia moderna española, no defraudó en absoluto, incluso Rubalcaba tuvo que admitir que no era fácil que Felipe González le hiciese de "telonero". Fué el único que saltó al atril sin ningún discurso, sin ninguna nota, sólo su capacidad innata de orador y ¡que orador!, mordaz, inteligente, expresivo, sagaz, con chispa, capaz de transmitir mejor que nadie cualquier mensaje. Cuasi-retirado de la vida pública este sevillano de casi setenta años dió una lección de política en poco más de media hora, una lección que jamás olvidaré, todo un lujo haber podido asistir a su brillante intervención. Con lo que personalmente yo me quedaría de lo que dijo, "esta vez los Estados Unidos lleván razón, Merkel se está equivocando", decía González al referirse a las medidas de austeridad impulsadas por la Canciller alemana. Aplicando lo que cualquiera sabe de economía básica está en lo cierto, si seguimos contrayendo el gasto de manera tan drástica será difícil que logremos volver a crear empleo, sería menester de todos que buscásemos un equilibrio entre gasto y ahorro, ni tanto ni tan poco.

Por lo demás fue un mitín bastante bueno, aunque realmente es el primero al que asisto. Cómo última reflexión, aunque lo más probable es que pasasen más cosas que en este momento (tras finalizar un precioso trabajo sobre la función pública) no recuerdo, diré que sólo se mencionó al Presidente Zapatero una sóla vez. Con Felipe y sin Zapatero, Rubalcaba prosigue con su estrategia de tratar de desvincularse de sus siete años en este Gobierno, una tarea que por ahora se torna infructuosa.

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