El poema “La morsa y el carpintero” de “Alicia a través del espejo” puede considerarse una crítica a las religiones organizadas. La morsa, con su gordura y buen humor, representa a Buda, con sus colmillos a Ganesha, el Dios elefante de los hindúes, esto en cuanto a las religiones orientales. En cuanto al carpintero representa obviamente a Jesucristo, el hijo de un carpintero, él representa a las religiones occidentales. En el poema engañan a un montón de ostras para que los sigan y después las abren sin miramientos y devoran a las pobres criaturas. Siguiendo estas religiones basadas en Dioses mitológicos se asegura la destrucción del “Yo” interior. Las religiones organizadas destruyen nuestra integridad al inhibir nuestras acciones, nuestras decisiones por miedo a la figura paterna e intangible que nos señala con el dedo desde hace miles de años.
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