El 24 de marzo de 1976 se produjo en Argentina un golpe de Estado autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. Este régimen utilizo sistemáticamente el secuestro, los asesinatos y la tortura para implantar su doctrina económica y aplastar a su oposición. Esta es una forma de Terrorismo de Estado, que se denominó guerra sucia.
Las consecuencias sociales derivadas de entonces son diversas y llegan a nuestros días. Toda la población quedó marcada por aquellos sucesos. La sociedad perdió sensibilidad ante tantos atropellos a los derechos humanos. Una sociedad sensible es peligrosa, porque reclama más. La tenue o nula obediencia a las normas debido a que estas dejan de tener sentido en la sociedad. La pérdida de la empatía y la impunidad en el más literal sentido de la palabra.
Para superar esto y tratar de enmendar tales desastres conviene primero conocer la verdad, saber perfectamente que ocurrió. Esto nos lleva a hacer justicia y que los culpables paguen por sus actos, tampoco es muy conveniente esperar 35 años para tratar de juzgar a genocidas pues tras este tiempo tanto víctimas como culpables estarán seguramente muertas. Tras esto llegará la reparación, en parte, del daño causado y por último tener memoria para que esto no vuelva a pasar.
En España quiero tratar el tema del terrorismo de Estado ya no aplicándolo a la dictadura franquista sino al caso GAL. Es la diferencia entre la banda terrorista ETA y un pueblo como el argentino lo que quiero tratar, ¿es justo matar a los terroristas y no al pueblo?, ¿el fin justifica los medios? Hay mucha gente que está realmente convencida de que tratar a los terroristas del mismo modo en que ellos nos tratan a nosotros es la solución. Cuando le pregunté al Juez que dio la conferencia sobre el Estado ante el terrorismo de Estado, hombre que vivió la dictadura y que conoce perfectamente lo que la violación sistemática de los Derechos Humanos es, si estos actos estaban justificados cuando se atenta contra un grupo armado como ETA me respondió que nunca ningún acto puede justificar la supresión de los derechos de las personas.
ENTRE DOS MARES
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Siempre os he dicho que Algeciras me ha tratado y me trata muy bien desde
el momento que me vine a vivir aquí. Sé que es una ciudad de paso, pero
tiene mar...
Hace 2 años
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