De lo que más se habla en informativos, periódicos, tertulias de radio y conversaciones de bar desde hace casi un año es la tan famosa crisis económica, pero volvamos por un minuto la vista atrás, un año exactamente. Había comenzado la escalada de precios, la subida de las hipotecas, el valor del barril de Brent aunque por otro lado la bolsa española rozaba casi los dieciséis mil puntos. Pero en la Era de la Información no hace falta mucho para que los mercados internacionales se hundan y los Estados entren en recesión. Lejos quedan ya aquellas cifras del 3.8 % de crecimiento económico en nuestro país. Nos encontramos ante la crisis económica más compleja y preocupante de los últimos años y su posible solución se ve aún hoy muy lejana.
Una vez dijo alguien que “la esencia del neoliberalismo es privatizar beneficios y socializar pérdidas” creo que es la frase que mejor demuestra a lo que nos hemos visto abocados. Paradójicamente los países más ultracapitalistas y defensores del neoliberalismo, a saber Estados Unidos, son los que intervienen directamente en la economía impidiendo que las grandes entidades quiebren y otros países calificados de socialistas, como España, únicamente aplican medidas paliativas esperando que el mercado se reajuste.
Especulación inmobiliaria, aumento desorbitado del Índice de Precios de Consumo, del precio del barril de petróleo y otros intereses demasiado complejos para mí han configurado el marco de esta crisis. Sus culpables han salido ganando con indemnizaciones astronómicas y es la clase media la que sufre las consecuencias. Cuando uno estudia un poco de Filosofía del Estado una de las nociones más básicas que se enseñan es que la clases medias soportan la mayor parte del peso económico del Estado, luego las crisis de las clases medias son las crisis de los Estados. Hace unos años los gobiernos decían: “Hipotecaos, los intereses están bajos, os daremos todas las facilidades del mundo ¿qué puede salir mal?”Pero cuando han llegado los malos tiempos los gobiernos no han estado ahí para ayudar a su clase media hipotecada. Luego claro ninguno sería capaz de pedir explicaciones a los bancos sobre cómo es posible que sus beneficios sean tan desorbitados mientras el resto de la gente padece las consecuencias de la crisis, esto sería impensable porque los gobiernos necesitan a los bancos para que paguen sus carísimas campañas electorales.
Tan bien es curioso observar como los mercados económicos se cambian y se transforman casi por si solos. Cuando comenzó el aumento del IPC paralelamente aumento el Euribor, esto atendía a una razón bastante simple, si aumenta lo segundo, los hipotecados tienen menos efectivo que gastar lo que fomenta el ahorro y por tanto disminuye el consumo y por tanto los precios, como está ocurriendo en estos momentos. La gran contraposición a este problema es que la bajada de los precios provoca el aumento del paro y tampoco hace falta ser licenciado en economía para saber que debido a esto no se puede atacar a la inflación y al paro al mismo tiempo, por eso el paro está creciendo tan desmesuradamente en estos meses y la inflación bajando.
Ejemplar y sin duda la más astuta actuación del mercado fue la del Banco Santander que vendió sus activos inmobiliarios antes de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Explosión que se veía venir pero que sin embargo nadie quiso actuar, estábamos demasiado entusiasmados con nuestros beneficios y crecimientos de mercado, sobre endeudando a las familias de medio mundo para que llegado el momento en que todo se hundía dejarlas en la estacada mientras los presidentes de las grandes multinacionales se llenaban los bolsillos gracias a los rescates nacionales pagados con el dinero que con tanto esfuerzo aportaban los contribuyentes. Los culpables de esta crisis son todos, desde los pequeños municipios que vendían el suelo para construir casas a precios desorbitados, los gobiernos que lo permitían, los especuladores que engordaban sus cuentas corrientes, los bancos que asfixiaban a las familias con hipotecas… A esos culpables les pido que arreglen el desastre que han organizado y dejen de socializar pérdidas.
ENTRE DOS MARES
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Siempre os he dicho que Algeciras me ha tratado y me trata muy bien desde
el momento que me vine a vivir aquí. Sé que es una ciudad de paso, pero
tiene mar...
Hace 2 años
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