El Partido Socialista Obrero Español es actualmente el partido que gobierna en este país. Posee una mayoría simple que le permite hacerlo con relativa comodidad. En 2004 y tras la nefasta actuación del PP durante los atentados del 11-M retornó a Moncloa tras ocho años en la oposición. Muchas medidas se pusieron entonces en marcha, leyes de igualdad, de dependencia, matrimonio homosexual, de tráfico etc. Pero es en este nueva legislatura es cuando me he dado cuenta de que el PSOE se esta convirtiendo en el partido de la propaganda. Cuando en la cadena Cuatro se entrevistó, al poco de ganar las elecciones del 2008, a Bibiana Aido, Ministra de Igualdad, pensé, en mi joven ignorancia, que este nuevo Ministerio se encargaría de tratar asuntos como la diferencia de salarios entre los inmigrantes y los españoles o la difícil situación de muchas familias que no pueden situarse al mismo nivel que otras, la igualdad entre desiguales solo favorece al más fuerte. Cuan sorprendido me vi cuando de su boca solo salían promesas de igualdad entre mujeres y hombres, y no digo que no deba ser así ni mucho menos, pero estaba claro que ese era el Ministerio de la Propaganda y nada más. Votos y votos.
También mi joven mente se pregunta ¿por qué si la situación económica aún es solventable antes de que empeore mi Gobierno socialista esta tan parado a primera vista?. La solución puede ser bien sencilla, porque no queda ni rastro del superávit que se ha desperdiciado en leyes de propaganda. Las ayudas directas vivienda son una verdadera chorrada ya que lo que provocan directamente es el aumento del precio de los alquileres, y les diré más, suben exactamente 210 euros, curioso ¿no creen?. Solbes esta convencido de que la situación se reajustará, cosa que es probable, pero no nos podemos fiar de algo tan cambiante como es la economía mundial.
De otras cosas también me sorprendo, poco han subido los precios teniendo en cuenta a cuanto asciende el barril de brent referente en Europa.
Si se quiere atajar esta “desaceleración” lo indudable es que no se puede tratar la inflación y el paro al mismo tiempo. Felipe González y Aznar lo sabían, se concentraron en esta primera y el paro bajo consecuentemente. Pero hicieron algo. Felipe lo primero fue reconocer que había crisis, no estamos en la misma situación ni de lejos, pero por lo menos afrontaron los problemas mas de cara.
Las crisis económicas de los Estados del Bienestar son las crisis de las clases medias, esas clases medias de las hipotecas, de los veranos en las capitales y de mirar cada vez más el carro de la compra son las que mantienen este país. A ellos deberían dedicarse los mayores esfuerzos, a aquellos a los que en su momento les dijimos que se hipotecasen a interés variable. Ellos son los que soportan todo el peso de la economía del país, la clase trabajadora del lenguaje clásico socialista que no deberíamos olvidar tan deprisa. Así que las medidas para mejorar su situación no deberían hacerse esperar más.
Dejar hacer oídos sordos al desastroso estado de la sanidad pública también estaría bien. Que en un Gobierno que alardea tanto de ser socialdemócrata las listas de espera medias sean de tres meses es una vergüenza. Las notas de corte en las facultades de medicina para entrar son desmesuradas teniendo en cuenta la falta de médicos que hay. Cada vez más gente recurre a la sanidad privada por que los hospitales están copados de pacientes. Esto se debe en gran parte a la política de inmigración demasiado permisiva que ha rejuvenecido nuestra demografía y asegurado mi pensión, pero que ha colapsado la Seguridad Social.
Soy socialista convencido pero en algunos momentos de la campaña electoral pensé sinceramente que Rajoy, con sus inmensos defectos, sería capaz de al menos tratar los problemas del día a día, imagínense lo que supuso para mí. Hoy por hoy he comprobado que ninguno de los dos esta capacitado para hacerlo y esto es debido a que ganar se ha convertido en la única meta y no los españoles